Bibliografía Viva

Fueron las abuelas que guardaban el fuego sagrado, el conocimiento ancestral, la memoria de sus antepasados. Fueron los hombres de conocimiento, gente poderosa capaz de hacer cosas que para los demás son imposibles. Con ellos compartimos inolvidables jornadas de aprendizaje y transformación, fue con ellas que descubrimos que los problemas no son un problema, que las adversidades nos fortalecen, que en verdad tenemos pocas necesidades necesarias. Con ellos aprendimos a germinar nuestra sensibilidad para darnos cuenta lo que hicieron con nosotros y a partir de ello, desarmarnos sin pudor ni rubor, hacer borrón y cuenta nueva, renacer como el ave de sus cenizas y comenzar a constatar que la vida es otra cosa, que nadie vino a la Tierra por razones laborales, que vivir para trabajar es una imprudencial existencial que efectos colaterales nocivos.